miércoles, 26 de marzo de 2008

Deslocalización o desarraigo

Veo en la historia de mi abuelo Luis que prácticamente nunca vivió 10 años seguidos en el mismo sitio. Sin embargo eran oscilaciones al rededor de un punto fijo. Había un lugar en el que dejar los trastos pesados mientras buscas alojamiento en el siguiente. Había un lugar en el que reunirse por navidad con el resto de la familia. Era una vida deslocalizada, pero probablemente no desarraigada. O al menos esa sensación me da a mi, especialmente desde la desaparición de ese lugar de referencia. Fue la casa en que vivió su madre, y sus tías cuando ella faltó. La casa que estaba cuando nació y que siguió allí cuando murió. Donde podía mandar a los hijos en los veranos desocupados. Era la casa, era el pueblo y era la familia en un sentido mucho más extenso que en la actualidad. Hoy no habría lugar en el que organizar una comida como la de la foto; ni motivos supongo, salvo las obviedades de bodas y funerales, claro.

Siento hoy que el peso de la familia (tanto heredado como aprendido, esa distinción ahora no importa) es mucho más determinante de lo que creí. Deslocalizados, leidos y escribidos (como dice Carlos), empleados por cuenta ajena, muchos funcionarios, muchos profesores; ni uno ha puesto un bar o una perfumería. No es solo ese aire de familia en la apariencia física que nos hace tanta gracia en las reuniones de primos, mirándolo con cuidad es mucho más, y además desde hace generaciones. Hay antepasados notarios y catedráticos, militares y maestros.

No se si esa deslocalización, que partiendo del abuelo Luis (si no de antes) nos afecta a sus descendientes va a poder seguir siendo algo distinto del desarraigo. El derribo este otoño de la casa de La Fuente a mi me está removiendo mis propios cimientos (como se me nota a menudo), pero quizá no sea más que una etapa más en un camino ya avanzado. Parece que el arraigo requiere una tierra, pero no hay porqué no superar el símil vegetal del que tomamos la palabra. Habra que esforzarse por inventar un arraigo personal hidropónico ;)

martes, 25 de marzo de 2008

Bares, ¡que lugares!

Hoy se han llevado los niños a cenar sus abuelos y hemos ido a tomar unas tapas a un bar. Más que a lo nuestro hemos estado, cual antropólogos de campo, estudiando la parroquia: una pareja de cuerentones, novios recientes entre arrumacos; un verborreico impenitente ya mayor, un francés solitario y simpático...

Yo no he vivido en otros países y no me hago idea de la función socializadora de la hostelería, pero aquí me parece evidente. Decía Manolo García "barras de bar, vertederos de amor", a mi me parece más bien que son vertederos de soledad. Muchos de esos parroquianos seguramente encontraban en ese bar el único momento de contacto humano del día. Me parecía enternecedor cómo los enamorados animaban al verborréico a que los siguiera braseando con historietas de su infancia. No se si con sus abuelos serán igual de animosos.

Dice María que en realidad toda la "vida social" de las parroquias habituales de bar ne es más que un subproducto etílico. A mi me parece lo contrario, que es un entorno de relación social (quizá débil e incompleta, pero alguna a fin de cuentas) y que a veces se bebe más de lo conveniente.

lunes, 24 de marzo de 2008

Historificando recuerdos


Estoy leyendo el libro que ha escrito el tío Carlos sobre la historia de su padre, mi abuelo: Don Luis. Seguramente hay unas cuantas incorrecciones históricas, mi padre, que lleva años buscando documentos, insiste en ello, pero está muy bien escrito y da una imagen muy realista tanto del personaje como de la época. Una gran parte de las historietas las había oído muchas veces en reuniones familiares, pero verlas reunidas ordenadamente es estupendo. A ratos lo leo como una novela más, otras me emociona por la proximidad, por el conocimiento de primera mano de personajes y lugares.

Escribirlo ha debido resultar toda una experiencia personal, porque sólo leerlo ya lo es... Las anécdotas familiares, motivo de sonrisa entre primos, se convierten en negro sobre blanco con márgenes alineados. Lo que habitaba en la cabeza, vivo y plástico, se exterioriza, se enajena, se congela. También se embellece y se perpetúa. Recuerdos disecados. Historia.

Dicen que uno vive hasta que mueren sus nietos. La presencia de una persona desaparecida perdura en los que la conocieron directamente, y desaparece con ellos. Supongo que es la presión de este hecho, de forma más o menos consciente, lo que está empujando en estos tiempos a tantos sexagenarios (y septuagenarios) a conservar recuerdos de sus padres, a escribirlos. Ellos, para empezar están vivos, pero además no ven borrarse su legado, quedan hijos y nietos muy a mano. Sin embargo sus padres desaparecerán con ellos casi por completo, y es urgente rescatarlos de ese olvido acechante.

viernes, 21 de marzo de 2008

Tres patas pa un banco

Parecen personajes de un guiñol callejero: estereotipos evidentes. La chica, el negro y el soldado (o peor aún excombatiente de Vietnam, como el coronel Trautman de Rambo). Si se hubiesen buscado a propósito no se hubiesen encontrado mejores actores. Otra cosa es el guión de la obra, que es pesado con avaricia.

En una película de la saga de aterriza como puedas contestaba Leslie Nielsen a la sugerencia de presentarse a las elecciones para presidente, "si hombre, ¿y perder mis influencias en Washington? ¡ni hablar!". Mira que es una bobada, pero se me quedó grabado como una muestra de sabiduría preclara, muy bien expresada además. Esa sabiduría relativiza el resultado final (gane quien gane, perderá influencia en la capital) y permite relajarse y disfrutar del vodevil. Sin el dramatismo de pensar que se juega el puesto más poderoso de la tierra y que el destino del planeta depende de la elección. Si tuviese que votar directamente seguramente no estaría tan relajado, y lo vería con la angustia del ZapaJoy de hace unos días. Pero no es el caso esta vez.

jueves, 20 de marzo de 2008

Etílico, onírico, nostálgico


Etílicas, oníricas o nostálgicas, así me están saliendo aquí las entradas últimamente. De alguna forma eso se está convirtiendo en el rincón de las miserias; cuando estoy en otro estado de ánimo me dedico a otra cosa. ¿Me debería molestar o preocupar eso? Si persiguiera algún fin concreto, y eso no fuera en esa dirección sí, pero en realidad no hay objetivo. No hay lector objetivo, hay tantas visitas de las que conozco el origen como de las que no (pocas en cualquier caso). Me quedan aún unas cuantas fotos de sombras, y otras de grúas, mis chistes favoritos de Forges y un montón de cosas más... Se verá.

sábado, 15 de marzo de 2008

Ambientes

En las películas y series lo fundamental es la historia, el argumento, lo que ocurre. Para que resulte creíble se desarrolla con una escenografía que recrea un ambiente: el color que rellena y realza el dibujo. Otros formatos carecen de historia: los anuncios de perfumes o de coches y muy especialmente los vídeos musicales. Ahí sólo queda el ambiente. Muy frecuentemente resulta aburrido ver esa televisión. Pero con la receptividad adecuada resulta extraordinario. A esa receptividad contribuyen cosas como el punto justo de gin tonic o la tranquilidad de la noche. Entonces esos ambientes provocan y acogen lo que se desborda del cerebro, sin siquiera llegar a verbalizarse en historias. Es agradable.

Recuerdo que hace años cuando llegaba a casa, tarde y un poco cocido, comía algo haciendo zapping ante la tele sin sonido oyendo música (pink floid muchas veces). Me doy cuenta de que se trataba de crear más activamente esos ambientes, olas para que hagan surf las neuronas.

jueves, 13 de marzo de 2008

Sueño y tareas


Llevo varios días durmiendo poco y de forma desordenada. Por la noche nunca encuentro el momento de acostarme y después de comer me duermo demasiado rato. Tras muchos días así estoy ya medio zombi. Tras la ducha y un café me hago una lista de tareas y lo veo todo claro. Va pasando el rato y voy pasando al final de la lista más y más cosas. A medida que el cansancio crece todo va perdiendo importancia. Pasado suficiente rato todo lo que no ha sido cancelado queda para mañana. Ya me puedo dedicar a otras cosas, como escribir sobre ello, que me entretienen y no me dejan dormir.

domingo, 9 de marzo de 2008

Sábado sabadete ...

- Sábado sabadete, abrio mi blog y pongo un post.

- Pero, ¡si no rima!

- Entre otras cosas que no hace

sábado, 8 de marzo de 2008

Tabaco, sal y jamón


Las viñetas estas tienen ya unos años, son de 1992. Entonces lo del tabaco era sólo una amenaza. Estos días he oído en la radio que se está preparando un plan para fomentar la salud de la población en lo referente a la alimentación: obesidad, colesterol, hipertensión... Y una de las medidas que se proponen es eliminar los saleros de las mesas de los restaurantes. He intentado encontrar la noticia en google y, en vez de la original, encuentro un comentario parecido a lo que me estaba rondando (ver).

El caso del tabaco quizá se ha llevado al extremo, pero si hay una cosa que lo hace diferente: el humo del que fuma afecta a otros y esos otros no han elegido fumar. La sal, la grasa del jabugo o la mantequilla de los cruasanes no se propagan por el espacio: el que se los come hace lo que quiere él, sin afectar a nadie más.

El Groucho de Ventura y Nieto llama a la rebelión ciudadana ("deberiamos habernos organizado") frente a lo que en el chiste es vago ("ellos" comenzaron con "lo del tabaco"). Pero esa vaguedad es el estado cuando "lo dela tabaco" es una ley ya en vigor y lo de la sal un proyecto del ministerio de sanidad.

Hay que rebelarse contra el estado protector ¿desde la izqierda? Ese esatdo paternal que pretende cuidarnos de nosotros mismos ¿no es el sueño de la izquierda y el demonio del liberalismo derechoso?

"Lo del tabaco" está ya asimilado. La facilidad con la que se ha asumido es un buen aliciente para continuar por ese camino. También hemos asumido sin apenas reticencias las locuras de los aeropuertos en nombre de la protección contra el terrorismo: los zpaptos, el cinturon, los botecitos de líquido... la humillación completa de cruzar el arco escrutado por esos seguratas.

Lo del tabaco es de izquierdas por que lo ha hecho Zapatero, lo de los aeropuertos de derechas porque lo ha hecho Bush... ¿Necesitamos saber el autor para emitir un juicio político?

Ese despiste generalizado, especialmente por parte de los autodenominados de izquierdas, es lo que está posibilitando el brutal retroceso de las libertades civiles. Menos mal que tu y yo somos "de los buenos"

sábado, 1 de marzo de 2008

Vómitos de campaña

Esta imágen era la portada del ciberpais de esta semana. Resulta una ilustración muy gráfica del hartazgo de campaña electoral que, aunque se intente evitar, acaba invadiendote. Habrá que suponer que el grueso del personal es de entendederas limitadas (como para hacer triunfar el tomate, la televíscera y demás) y que es a ese personal al que se dirigen los mensajes de campaña. Desde luego si se analiza, cualquier trozo de intervención es un insulto a la inteligencia.
No se responden las preguntas concretas, se dice una cosa y su contrario en la misma frase, se promete conseguir lo que ni siquiera se intentó cuando se tuvo ocasión (que en un caso es ayer y en otro hace solo 4 años). Cuando la discrepancia se hace evidente se acusa de mentir, pero en vez de intentar dirimir la acusación confrontando con la realidad (en ocasiones de forma muy sencilla) se recurre a la "confianza" (la sensación de tranquilidad o seguridad, el color de la corbata...).
La gestión de la cosa pública no es ninguna broma y no se puede resolver el asco que dan estas cosas simplemente mirando para otro lado. Aunque las opciones realistas sena tan parecidas no son idénticas. Aunque los candidatos parezcan subnormales con un discurso de parvulario son los únicos que hay. En las ocasiones en las que la política estándar ha rebasado los límites, lo que había detras era aún pero: el populismo (Berlusconi, Gil, Chavez, ...).
No se puede huir pero participar es vomitivo... malos tiempos.