
Esta imágen era la portada del ciberpais de esta semana. Resulta una ilustración muy gráfica del hartazgo de campaña electoral que, aunque se intente evitar, acaba invadiendote. Habrá que suponer que el grueso del personal es de entendederas limitadas (como para hacer triunfar el tomate, la televíscera y demás) y que es a ese personal al que se dirigen los mensajes de campaña. Desde luego si se analiza, cualquier trozo de intervención es un insulto a la inteligencia.
No se responden las preguntas concretas, se dice una cosa y su contrario en la misma frase, se promete conseguir lo que ni siquiera se intentó cuando se tuvo ocasión (que en un caso es ayer y en otro hace solo 4 años). Cuando la discrepancia se hace evidente se acusa de mentir, pero en vez de intentar dirimir la acusación confrontando con la realidad (en ocasiones de forma muy sencilla) se recurre a la "confianza" (la sensación de tranquilidad o seguridad, el color de la corbata...).
La gestión de la cosa pública no es ninguna broma y no se puede resolver el asco que dan estas cosas simplemente mirando para otro lado. Aunque las opciones realistas sena tan parecidas no son idénticas. Aunque los candidatos parezcan subnormales con un discurso de parvulario son los únicos que hay. En las ocasiones en las que la política estándar ha rebasado los límites, lo que había detras era aún pero: el populismo (Berlusconi, Gil, Chavez, ...).
No se puede huir pero participar es vomitivo... malos tiempos.
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