The T-Shirt War from Ibrahim Nergiz on Vimeo.
miércoles, 24 de febrero de 2010
domingo, 21 de febrero de 2010
Otras vidas

Buscábamos a una persona que no conocemos. Ella le sigue la pista a través de una red social virtual, sólo se conocen por internet. Aprovechando el viaje parece que podrían verse. Se supone que va a pinchar música en un bar. Mira, parece que es ahí, resulta que si existía. Al cruzar la puerta un grupo de seis u ocho mujeres, bastante más jóvenes, nos miran con cara de que nos hemos equivocado de sitio. Vale que el bar es cutre, muy cutre incluso, pero tampoco es para tanto. Aventuramos que son lesbianas y que es un bar gay, por eso nos veían fuera de lugar. Cualquiera sabe. Un local pintado de violeta, alargado y con columnas en medio, con unas bombillas verdes colgando del techo, con fotos en blanco y negro colgadas por las paredes; fotos bonitas enmarcadas con un vidrio, pero, demasiado pequeñas, se perden en la inmensidad de las paredes. La persona desconocida que íbamos a buscar no ha podido venir, un accidente de coche que, aunque leve, le tiene con el cuello dolorido y le ha impedido venir la bar, ¿al trabajo? Dado el tamaño y la cutrería del local no creo que le paguen por lo que quiera que haga allí. Mientras bebemos, un poco más deprisa de la cuenta, unas heineken directamente de la botella me imagino conversando con el grupo de imaginadas lesbianas que están al otro lado de la barra, bebiendo bastante, dejándome arrastrar por conversaciones con desconocidos como si me fuera la vida en ello. Acabando en un piso destartalado y extraño para amanecer con otros intereses, allegado a personas que hoy no conozco y dedicado a sutiles cultivos del espíritu que no me imagino aún. No se porqué la noche madrileña me sugiere una facilidad de cambio de vida que no creo que sea real, pero que se asoma tentadora en los garitos raros a partir de la tercera cerveza.
domingo, 14 de febrero de 2010
La identidad digital
Es fácil ver que tras un 2008 con una cierta actividad, el 2009 desapareció de aquí. Ahora empieza suavemante un año más. A la vez empezó otro blog perfectamente identificado, con nombre y apellidos, y ese no ha tenido más que unas breves vacaciones en estos 3 años, aumentando siempre el número de lectores. Está claro que la identidad digital es un problema que no tenemos resuelto, es demasiado nuevo.
En la medida en que uno crea una identidad digital paralela a su identidad física no hay demasiado problema, ambas se gestionan igual. En el mundo digital podrás decir y mostrar lo mismo que físicamente en un lugar público. Otra cosa es que eso sea interesante o no, será tan interesante como tu personalidad pública, que en muchos casos es escasa. Entonces uno piensa que tiene un mundo interior lleno de matices y sensibilidad. Un mundo inexplotado porque la timidez y el pudor obligan a mantenerlo oculto de miradas indiscretas. Ahí surge la "gran idea", me preparo una identidad digital anónima, desvinculada de la persona física que la sostiene, y por ese camino daré rienda suelta a esa faceta tan interesante de mi personalidad que no quiero que conozcan mis vecinos, compañeros de trabajo o algunos enemigos que a saber que harían con mis poesias de adolescencia.
Al final tampoco funciona. Si consigues mantener oculta de verdad tu identidad, no termina de tener gracia el comunicarse con desconocidos (que además son muy, muy pocos). En el caso contrario no consigues mantener oculta tu identidad secreta y te encuentras en más de una situación incómoda. Hay un pequeño lapso de tiempo entre que algunos empiezan a reconocerte y que llegas a encuentros insostenibles que es es muy divertido; pero inevitablemente efímero.
Estos días ha cerrado su blog a quien no tenga invitación un amigo que empezó anónimo, comenzó a tontear con su identidad real y la acabó cagando. Y yo aquí estoy en esa especie de limbo intermedio en el que sólo le escondo mi identidad a google y a quien no me conoce de antes. Ahora, que como no le digo a nadie que estoy aquí ... es como cuando de joven escribías esos ripios horrorosos, que iban al cajón para no motivar más que al moho.
En la medida en que uno crea una identidad digital paralela a su identidad física no hay demasiado problema, ambas se gestionan igual. En el mundo digital podrás decir y mostrar lo mismo que físicamente en un lugar público. Otra cosa es que eso sea interesante o no, será tan interesante como tu personalidad pública, que en muchos casos es escasa. Entonces uno piensa que tiene un mundo interior lleno de matices y sensibilidad. Un mundo inexplotado porque la timidez y el pudor obligan a mantenerlo oculto de miradas indiscretas. Ahí surge la "gran idea", me preparo una identidad digital anónima, desvinculada de la persona física que la sostiene, y por ese camino daré rienda suelta a esa faceta tan interesante de mi personalidad que no quiero que conozcan mis vecinos, compañeros de trabajo o algunos enemigos que a saber que harían con mis poesias de adolescencia.
Al final tampoco funciona. Si consigues mantener oculta de verdad tu identidad, no termina de tener gracia el comunicarse con desconocidos (que además son muy, muy pocos). En el caso contrario no consigues mantener oculta tu identidad secreta y te encuentras en más de una situación incómoda. Hay un pequeño lapso de tiempo entre que algunos empiezan a reconocerte y que llegas a encuentros insostenibles que es es muy divertido; pero inevitablemente efímero.
Estos días ha cerrado su blog a quien no tenga invitación un amigo que empezó anónimo, comenzó a tontear con su identidad real y la acabó cagando. Y yo aquí estoy en esa especie de limbo intermedio en el que sólo le escondo mi identidad a google y a quien no me conoce de antes. Ahora, que como no le digo a nadie que estoy aquí ... es como cuando de joven escribías esos ripios horrorosos, que iban al cajón para no motivar más que al moho.
Comienzo del 2010
En un arranque de originalidad este año nos fuimos a celebrar la nochevieja a un pueblecito donde Segovia linda con Burgos. Los niños pusieron una marcha envidiable, y nos enseñaron (por lo menos a mi) una canción. Es estupendo poder aprender tanto de tus hijos. Tras comernos los gajos de mandarina de las 12, bailamos enloquecidos la canción. No sabía entonces que 21.000 personas juntas habían tenido la misma idea...
viernes, 5 de febrero de 2010
jueves, 4 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)