A veces me preguntaban cómo conseguía mantenerme al tanto de lo que pasaba en el mundo. La solución: en el bar (en el Atlas casi siempre) y a través de amigos. Como se cita en el recorte del post en boca de un estudiante: si la noticia es tan importante me encontrará. Lo que entonces era una excentricidad hoy es muy habitual: a las pandillas de amigos les llaman redes sociales y en vez de El Atlas se utilizan unos entornos virtuales modernos.
El exceso de información es tan vacío como su ausencia. En un mundo en el que la información está accesible de una forma inmediata lo que adquiere valor son los elementos de selección, de filtro. Por un lado la capacidad de encontrar si se busca algo concreto (google) pero por otro la recomendación de los amigos como vía de conocer y destacar lo valioso que no conocías.
Ahora me siento menos desarmado, ante las noticias, tengo sitios como este en el que colocar los recortes ordenadamente y echo de menos El Atlas (y no me voy a dar de alta en MySpace).
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